ELLE participa en varios programas de afiliación de marketing, lo que significa que ELLE recibe comisiones de las compras hechas a través de los links a sitios de los vendedores.
Un paseo por las Nubes
No hace falta estar enamorado para sentir que flotas o para que te apasione subir a una cima. Pero si quieres celebrarlo de una forma diferente, apunta estas ideas.
Noruega. El púlpito sobre los fiordos
Ryfylke es un buen sitio para pescar salmón o practicar kayak pero, a riesgo de ser clásico, no puedes irte de esta localidad del sur noruego sin subir a uno de los parajes más hermosos y fotografiados del mundo: la cima de Preikestolen (El Púlpito). Más de 80.000 personas visitan cada año esta formación rocosa, que atesora numerosas leyendas y cuenta con una impresionante caída vertical de 600 m sobre el Lysefjord (El fiordo de la luz).
Suráfrica: con toda la ciudad a tus pies
Majestuosa y carismática, Table Mountain es un símbolo de Ciudad del Cabo que, desde 2011, forma parte del exclusivo club de maravillas naturales del mundo. Subir sus 1.086 m de altura para disfrutar la impresionante panorámica urbana es todo un espectáculo que atrae a más de 4 millones de turistas al año.
Pero, para algunos, lo importante no es subir a esta superficie casi plana –de ahí su nombre, montaña de la mesa–, sino deslizarse por su pared vertical practicando rápel, una excitante experiencia que se ha puesto de moda en una de las capitales surafricanas. Desde 50 euros/ persona.
Alemania. Un tren sujeto por el techo
Karl Eugen Langen, su diseñador, lo pensó para Berlín, pero al final fue Wuppertal, en el oeste alemán, la que se llevó el gato al agua y construyó el primer tren suspendido del mundo. El proyecto comenzó en 1898 y, dos años después, el propio emperador Guillermo II participó en una prueba piloto.
Con el tiempo, han surgido más transportes de este tipo –como el del aeropuerto de Düsseldorf o el de Memphis, en EE. UU.– pero el Schewebebahn sigue siendo el más antiguo del mundo que se mantiene en funcionamiento.
En la actualidad, se compone de dos grandes vagones –de 24 m de largo y con capacidad para 130 pasajeros– y, además de ser uno de los transportes más utilizados por sus habitantes, es ya un referente turístico de la zona. Lo cierto es que estos 13 km de recorrido sobre autopistas, lagos y los edificios del casco antiguo son una experiencia fascinante que puedes completar con una visita a su sala de máquinas o con la panorámica del valle del Elba desde su plataforma de observación.
Holanda. Te sentirás colgado
¿Vistas panorámicas y turismo industrial? Aunque parezca mentira, estas dos premisas son las que lanzaron esta propuesta, que transformó una grúa del puerto de Harlingen en un exclusivo hotel con todo tipo de comodidades. The Harbour Crane cuenta con dos ascensores que te llevan a su única habitación (desde 319 euros) en la que encontrarás desde una cama con vistas hasta un patio en la azotea. Si te atreves, hazla oscilar o girar: es parte de su atractivo.
Irlanda. Una isla atada a un puente
Poco imaginaban los constructores del Carrick-a-Rede que, años después de su puesta en funcionamiento, este puente iba a convertirse en uno de los grandes atractivos turísticos de la zona. Se trata de una pasarela colgante situada en las cercanías de Ballintoy, en el condado de Antrim, uno de los paisajes más hermosos de Irlanda del Norte. La construcción –un puente colgante de cuerda– conecta una pequeña isla en la que existe una pesquería de salmones con la costa. La sensación de libertad que provoca caminar a 25 m sobre el mar, unido al suave movimiento de la pasarela y el batir de las olas rompiendo sobre los acantilados es una experiencia muy recomendable. Acceso: 6,50 euros.
Destino: La Tierra
Junio de 2014. Apunta la fecha porque es cuando Space Expedition Corporation comenzará a operar sus vuelos al espacio, a más de 100 km de la Tierra. El problema es que el precio también estará por las nubes (72.000 euros); pero mientras, tienes otras opciones como el vuelo en ingravidez 0 en simulador, por 3.000 euros.
Viena. Vuelo sin motor
El edificio de la Ópera, el Palacio Schönbrunn, los puestecitos del Naschmarkt… Todo esto y mucho más se grabará en tu retina mientras das vueltas en lo alto del Praterturm, el carrusel volador del Prater. Sus 117 m lo convierten en el más alto del mundo y su propuesta –girar las cestillas de los viajeros a 60 km/h–, en una de las formas más excitantes de disfrutar el lujoso skyline vienés a vista de pájaro.
El acceso hasta el Prater –que también cuenta con otro récord: es el parque de atracciones más antiguo del mundo– es sencillo, ya que cuenta con 3 paradas de metro en su perímetro. Además, es gratuito, así que aprovecha tu estancia en la capital austriaca para ver una estampa única, a 360º, y pasear por los prados de los que este parque recibe su nombre.
Canadá. La casita suspendida de los árboles
Pocos ejemplos hay que conjuguen con tanta sencillez lujo y sostenibilidad como esta propuesta de alojamiento. Se trata de las Free Spirit Spheres, tres esferas de diferente tamaño que cuelgan de los árboles. Si la idea te ha gustado, el emplazamiento te parecerá perfecto ya que se encuentran en los bosques tropicales de la isla de Vancouver, en la costa oeste canadiense. Eve, Eryn y Melody son las tres esferas que componen este ecohotel; todas están fabricadas de forma artesanal en madera y, excepto la más pequeña, cuentan con 5 ventanas para no perder un solo detalle del decorado exterior. Dentro, te esperan todas las comodidades de un hotel: cama, escritorio, vajilla, climatización y un sistema de altavoces para los que quieran escuchar su música en un entorno acústico perfecto. Bajando por la escalera de caracol, 5 metros más abajo, en el suelo, encontrarás el aseo, con duchas de agua caliente y una relajante sauna, aunque puede que esto no lo necesites… Desde 126 euros para 2 personas.
Israel. Almuerza por todo lo alto
No estarás sentado en el borde de la mañana, como decía la canción, pero sí con los pies colgando a 50 m del suelo en una plataforma de 9 x 5 m; eso sí, ante un lujoso almuerzo junto a otros 22 comensales. La experiencia se llama Dinner in the Sky, carece de ubicación fija y ya ha recorrido más de 40 países. Este año habrá una cita en Madrid. Desde 80 euros.
Lleida. Ven a ver las estrellas
Además de su bello paisaje, Montsec, es uno de los cinco lugares del mundo con certificado Starlight, que garantiza "unos cielos no contaminados que permiten la contemplación del firmamento". La experiencia puedes verla por tu cuenta o en el Parc Astronòmic Montsec (Entrada: 5 euros), un destino de moda del nuevo astroturismo.
Japón. Caminando sobre las nubes
Encontrarás su majestuosa estampa en cada esquina del país nipón, desde cuadros hasta billetes de 1.000 yenes, tazas, fundas de portátiles… Y lo cierto es que, por mucho que lo hayas visto en imágenes, la belleza de este cono volcánico –que desde junio de 2013 es Patrimonio de la Humanidad–, sobrecoge cuando la ves en directo, con las nubes literalmente bajo tus pies. Además, su carácter sagrado, que prohibió el acceso a las mujeres hasta el siglo XIX, atrae cada año a miles de turistas ávidos de sentir esta espiritualidad bajo sus pies.
Venezuela. En el techo del mundo
Si Venezuela te suena a playas de arena blanca, selva tropical y ritmos de calipso, acércate a Mérida y añadirás un nuevo motivo para visitar este extraordinario país. Y por todo lo alto, ya que esta ciudad de los Andes venezolanos se ubica a 1.600 m, muy cerca de la cumbre más elevada del país: el pico Bolívar (4.978 m). No llegarás tan alto, pero el teleférico de Mérida te llevará, en su último tramo, hasta la Estación Pico Espejo (4.765 m), en la región de las águilas y los cóndores. Los tres tramos anteriores del teleférico –el más alto del mundo y el segundo más largo, después del de Norsjö, en Suecia– combinan la vegetación de montaña y los paisajes del parque Nacional de Sierra Nevada hasta su inicio en la Estación de Barinitas. En el otoño de este año, el teleférico estrena un nuevo sistema que le permitirá acoger los miles de turistas que lo visitan cada año.
El mejor hotel de España, según los expertos
23 destinos españoles poco conocidos
Tenerife, un destino donde descubrirte a ti misma
4 pueblos andaluces preciosos para ir en primavera