A la hora de establecer una rutina de belleza facial, solemos centrarnos en el tipo de piel de nuestro rostro para elegir unos u otros productos. Es decir, basamos nuestro uso cosmético en si nuestra piel es sensible, grasa o muestra signos de envejecimiento. Pero, ¿y si estuviésemos olvidando los factores que provocan que esté en mal estado? En muchas ocasiones, nuestra piel no es grasa o sensible, sino que muestra mal aspecto debido a agentes que la atacan. Es decir, tenemos la piel contaminada y no la estamos protegiendo de las amenazas externas, por lo que es muy complicado que las erupciones, granitos o signos de envejecimiento desaparezcan si no la protegemos frente a la contaminación.

Pero, ¿de qué debemos protegerla? La contaminación atmosférica es la más conocida y la que viene primero a nuestra cabeza cuando hablamos de rutinas anti-polución; este tipo de contaminación incluye todos los residuos tóxicos con los que estamos en contacto constantemente: los provocados por coches, fábricas e industrias, tabaco... Pero también el sol y sus efectos son considerados un tipo de contaminante cutáneo, siendo los más peligrosos los rayos UVA. Por último está la contaminación doméstica, derivada de los productos de limpieza, aires acondicionados, radiadiores y partículas de polvo y otras sustancias que entran en contacto con nuestra piel.

La sequedad, deshidratación, irritación y aparición de manchas y granitos son algunas de las consecuencias más comunes de la contaminación en la piel que, muchas veces, no diagnosticamos como tal. La exposición de la piel a tóxicos y partículas de metales pesados como los óxidos de nitrógeno o el azufre es la causa de estos problemas cutáneos, aunque también pueden provocar otras enfermedades como la psoriasis o la dermatitis.

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Para evitarlo y proteger la piel de estas agresiones, el paso más importante es establecer una limpieza rigurosa (dos o tres veces al día, dependiendo de las necesidades de cada piel), no solo para eliminar los restos de cremas y maquillajes sino también todos esos elementos tóxicos que entran en contacto y taponan los poros, impidiendo que la piel lleve a cabo su proceso de oxigenación. Además, para las pieles más secas o envejecidas sería recomendable utilizar una doble rutina de hidratación (con un sérum y una crema protectora) para paliar la deshidratación provocada por los agentes externos. Por último, una crema de noche que reestructure los daños de la polución y una mascarilla nutritiva de uso semanal serían los complementos perfectos para una rutina anti-polución completa. Estos son nuestros productos favoritos:

- Loción para aportar un extra de limpieza:

Cada tipo de piel requiere un limpiador diferente. A las pieles más secas, por ejemplo, les suelen gustar las leches y limpiadores en cremas mientras que las más grasas necesitan un limpiador en gel o mousse que penetre en profundidad. Sin embargo, si sufren los daños de la contaminación, todas ellas agradecerán una loción que penetre en los poros dejándolos limpios y permitiendo la transpiración. La loción purificante Skin Oxygen Anti-Pollution de Biotherm está enriquecida con extracto de Alga Chlorella, que ayuda a proteger la piel de las agresiones externas, reduce las imperfecciones causadas por los daños urbanos. La piel, libre de imperfecciones, vuelve a respirar y revela su luminosidad.

- Protección e hidratación en dos pasos:

Si la base de una rutina anti-polución es la limpieza, el segundo mandamiento sería la hidratación y protección del rostro. Cuando más nutrida y protegida esté la piel antes de salir a la calle, menores serán los daños que los agentes provocarán en ella. En este sentido, debemos escoger cremas y cosméticos ricos en vitaminas y antioxidantes que ayuden a la circulación de la sangre y prevengan el envejecimiento y la obstrucción de los poros. Para ello recomendamos el suero Skin Oxygen Straightening Concentrate de Biotherm, que penetra en las capas más profundas de la piel fortaleciéndola y ayudándola a luchar contra los daños visibles causados por las agresiones externas. Por otro lado, la crema de día con SPF 15 que, enriquecida con extracto de alga Chlorella, ofrece una intensa protección antioxidante, anticontaminación y anti-UV con un ligero acabado.

- Un tratamiento purificante para la noche

Para las pieles que más sufren los ataques de agentes externos, una crema que actúe por la noche, cuando la piel se somete al proceso de renovación celular, ayudándola a regenerarse y nutriéndola para que a la mañana siguiente despierte sana y luminosa. El tratamiento de noche Skin Oxygen Night de Biotherm está enriquecido con extracto de alga Chlorella y Ácido Hialurónico. Se funde al contacto con la piel, bañándola en una hidratación intensa y restaurándola de los daños sufridos durante el día.

- Un extra de nutrición semanal

Por último, un producto que aporte un extra de nutrición y, sobre todo, respiración a nuestra piel. Como hemos dicho, el principal problema derivado de la contaminación es que los poros se obstruyen con partículas tóxicas y esto impide que la piel respire y lleve a cabo su proceso de oxigenación. Una mascarilla como Wonder Mud Mask de Biotherm, enriquecida con arcilla mineral Rhassoul y el extracto de micro alga antioxidante astaxanthin, puede ser el aliado perfecto. Su textura de arcilla ligera no reseca y actua en 3 minutos para desobstruir y reducir los poros, limpiando la piel de las impurezas urbanas.