Es cierto que muchas de nosotras solemos prestar más atención a nuestra piel en verano que en invierno; acostumbradas a mostrarla cada día, parece que dedicamos más tiempo a que luzca bonita aunque en realidad, nos estemos equivocando. En invierno la piel siempre tiende a resecarse y verse más apagada de lo normal por la fuerte bajada de temperaturas que desequilibran la capa más superficial (epidermis) y reducen su capacidad de generar sebo para protegerse. Además, otro de los efectos que causa el frío (sobre todo la piel del rostro, la más expuesta) es el aletargamiento para eliminar las células muertas y la consecuente acumulación que impide su rehidratación.

Así que, llegados a este punto, nos quedan dos opciones: solucionar este problema o decirle bye al aspecto aterciopelado que hasta hace unos meses lucíamos.

¿Cuál es la solución?

La exfoliación correcta de la cara y el mejor aliado es tener a mano un buen exfoliante. En esta época del año, la exfoliación es necesaria en nuestra rutina de belleza para eliminar esas células inertes que nos hacen de barrera.

¿Cuántas veces tengo que exfoliar la piel durante la semana?

Con tan solo una vez a la semana no es suficiente; ahora se hace más necesario que nunca repetir el proceso con asiduidad. Hay que hacerlo mínimo 2 veces a la semana (con un exfoliante suave, si tienes la piel seca o de granulado normal si la tienes grasa o mixta).

¿Cómo debo exfoliar la cara?

1. Limpia/desmaquilla tu rostro con un gel de limpieza facial y luego aclara con agua tibia.

2. Sin secar del todo la superficie, aplica el producto exfoliante a toquecitos repartidos por el rostro.

3. Extiende el producto con movimientos circulares desde el centro hacia fuera haciendo especial hincapié en la zona de la frente, nariz y barbilla. No dejes de masajear hasta que el producto se absorba por completo. Después, espera 15 minutos y aclara con agua templada.

4. Una vez seca la piel, aplicar una crema hidratante preferiblemente en textura gel para refrescar y restablecer la zona que hemos sometido a abrasión.

¿Cuándo hacer la exfoliación?

Es aconsejable realizar el proceso por la noche, a última hora, y cuando tengamos claro que ese día no volveremos a salir a la calle. Piensa que la piel se tornará más sensible y, por tanto, más expuesta a cualquier agente externo que pueda dañarla.

Además, será más efectivo si previamente nos damos una ducha de agua caliente porque conseguiremos que nuestro poro esté más dilatado y que la limpieza de células muertas sea mucho más profunda.