¿Eres de las que cuando viajar quiere salir a conocerlo todo? ¿O de las que prefiere un plan más tranquilo? En el equilibrio está la virtud, dicen, pero para gustos y formas de hacer, opciones. Hoy te proponemos un plan de los segundos, uno que invita a relajarse, a comer de maravilla y a vivir una experiencia inolvidable. Y todo ello sin la necesidad de salir de un hotel.

La siempre deseada Costa del Sol tiene muchos atractivos en su haber. Playas, pueblos con encanto, montaña... y un puñado de hoteles de lujo que nos harán querer dejarlo todo y escaparnos nada más podamos. ¿Rumbo? Benahavís, porque es allí, en lo alto de una colina y con el Mediterráneo como telón de fondo, donde se encuentra esta maravilla de la hotelería (y de la gastronomía) española.

a pool with chairs around it
Anantara Villa Padierna

Y lo es por muchas razones. Por su spa y sus piscinas, por sus espaciosas habitaciones y villas, por los campos de golf que lo rodean y su flamante beach club. A lo que se suma una de las ofertas gastronómicas más amplias que hemos visto en un hotel. Todo ello y mucho más, hizo que unos años atrás, fuese el elegido por Michelle Obama y sus hijas para pasar unas vacaciones en la zona. Y no nos extraña lo más mínimo.

a bedroom with a large bed and a large window
Anantara Villa Padierna

Han pasado algunos años desde que la que fuese primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, se alojase en el Anantara Villa Padierna, pero la estela que dejó dura hasta hoy en día, tanto que a la villa en la que se alojaron, la llamaron Villa Obama. Y aunque no tengamos el status de una de las mujeres más poderosas del mundo, podemos disfrutar de lo lindo en ese hotel que la conquistó.

Un destino gastronómico: de un japonés de renombre a propuestas viajeras, andaluzas y healthy

Y estamos seguras de que lo hizo por el estómago. ¿No es así acaso como surgen las mejores conquistas? Buena parte de la 'culpa' de este éxito y esta apuesta fuerte por la gastronomía, ha sido de su director, Jorge Manzur, un entusiasta de este mundillo y un foodie confeso, que se propuso relanzar el hotel como un destino gastronómico.

a group of tables and chairs under a canopy
WILL-PRYCE

Y lo ha conseguido, con nada menos que 7 restaurantes dentro del hotel y junto al campo de golf, un bar de piscina y un beach club a pie de playa, que abre en verano para disfrutar con casi los pies en la arena, de platos de la zona. Cada uno de diferente, pero todos comparten la misma filosofía. Y esa es apostar por el producto sostenible, ecológico y de la zona en la mayoría de los casos. Tienen hasta su propio aceite de oliva virgen extra y vinagre, elaborados en Priego de Córdoba y una cerveza que les hace una pequeña fábrica de Cancelada. Los detalles se cuidan al máximo. Tanto que cada espacio tiene su propio tipo de pan, que sirven cada día desde Pan Piña, un obrador artesano en activo desde 1940, ubicado en Algatocín.

market
Anantara Villa Padierna

¿Empezamos a descubrirlos? Uno de los más interesantes es La Loggia, que se inspira en platos malagueños tradicionales. Haznos caso y pide el gazpachuelo de rape, no habrás probado algo igual en mucho tiempo. ¿Lo que más nos gusta? Su mercado, una zona donde disponen verduras con una pintaza tremenda, que te invitan a elegir y a cocinar como prefieras. Por las noches, este espacio se convierte en un italiano que sirve platos típicos.

a large living room with art on the walls
Anantara Villa Padierna

Cuando cae la tarde, hay que ir a tomar un cóctel en Eddy's Bar, su cóctel bar de estilo inglés, para seguir en La Veranda. Allí las veladas son inolvidables. De eso encarga el chef Santiago Altuna, que ha creado una propuesta para su restaurante más emblemático. Y lo ha hecho a medio camino entre platos clásicos y alguno más modernos, como pasa con bocados como el tartar de atún rojo, el salomonete de roca relleno de gamba roja y crema de azafrán o con su postre estrella, los crêpes suzette que preparan en sala y sirven con helado de vino naranja. Ah y si tienes la suerte de que estén amenizadas por la voz de Tom Rust, serán redondas, porque a veces te hará preguntarte si no han resucitado al mismísimo Fran Sinatra.

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Anantara Villa Padierna

¿Mono de sushi? También en Anantara Villa Padierna se encuentra una sede del afamado 99 Sushi Bar. Reservar allí es la excusa perfecta para probar platos ya iconos como el usuzukuri de lubina con mojo rojo y chips de yuca, el tartar de toro con caviar, la tempura de langostino tigre con salsa picante -plato original de aquí que han copiado cientos de restaurantes- o sus nigiris.

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Anantara Villa Padierna

Incluso han pensado en todas las que buscan cuidarse cuando viajan, pero sin renunciar a comida sabrosa y nutritiva. Para eso hay que ir a Irene's Healthy Kitchen, una oferta saludable junto al spa, que propone gran variedad de ensaladas, bowls y platos fabulosos como una crema de maíz en texturas o unas albóndigas de col lombarda con boniato al horno.

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Anantara Villa Padierna

A todos ellos se suman dos espacios más junto al campo de golf, Hole 55 con una oferta rápida pensada para los golfistas y Olà Beirut en la terraza, que propone una carta extensa y deliciosa, con los mejores sabores del Líbano.

Cenas a medida y ¡hasta clases de cocina!

La oferta es apabullante, pero siempre hay hueco para algo más. Por eso el hotel lanzó la experiencia 'Dining by Design', perfecta para celebrar algo especial o disfrutar de una cena romántica para dos. Solo tendrás que encargarte de seleccionar con el equipo la localización y diseñar junto a sus chefs y wine guru el menú y su maridaje respectivo.

Y si no te conformas con comer y probar todas las delicias que sirven sus restaurantes, siempre puedes aprender a cocinar. ¿También aquí? Sí, porque el hotel cuenta incluso con clases de cocina española y andaluza, para sus huéspedes a las que han llamado 'Spice Spoons'.

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Anantara Villa Padierna

El plan es el siguiente, reservar una clase, colocarte el delantal y dejarte llevar. Todo empieza con una visita al mercado de la mano de sus chefs. Allí os haréis con una cesta de la compra de temporada, que a la vuelta al hotel, será lo que marque las recetas del día. ¿Las recetas que se suelen preparar? Gazpacho, paella y natillas de la abuela, entre muchas otras.

Un hotel museo a apenas unos minutos de Marbella

Lujo, calma, hospitalidad y muy buen saber hacer, son las máximas de este hotel de 125 habitaciones y villas privadas, que más que un hotel, a veces parece un museo, gracias a sus más de 1200 obras de arte. Incluso llegarás a sentirte en la Toscana italiana, cuando alces la vista y te fundas con la vegetación que rodea toda la propiedad. De hecho, su piscina es de las mejores que hemos probado. Preside el espacio central y evoca una villa romana rodeada de vegetación y vestigios de otra época.

a large indoor swimming pool
Anantara Villa Padierna

¿Un plus? El spa, donde el relax está asegurado. Se trata de más de 2000 metros cuadrados que han tomado la inspiración en los baños romanos, con un imponente circuito termal donde no faltan una piscina climatizada, un hammam de sal marina, saunas griegas y finlandesas, un flotarium y 10 salas de tratamiento, entre más cosas. ¿Necesitas más razones para escaparte cuanto antes?