Si todavía no le has dado paso al própolis en tu rutina, es el momento. El propóleo o própolis es un producto natural que se obtiene de las yemas de los árboles y algunas fuentes vegetales, especialmente, de los abetos, pinos, sauces…

Las abejas son quienes más se sirven de ellas, usándolo como material para sellar sus colmenas. Pero no sólo es útil para ellas, porque para los humanos tiene numerosos beneficios.

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¿En qué puede ayudar a nivel interno?

El própolis puede ayudar gracias a sus propiedades antivirales, antisépticas y antiinflamatorias. Es un potente aliado cuando existen infecciones de garganta, en resfriados o gripes por su acción antibiótica natural.

Además, también tiene propiedades beneficiosas para tratar problemas digestivos o afecciones estomacales ya que ayuda a combatir bacterias como la que provoca las úlceras gástricas. Y no sólo eso, sino que también ayuda a regular el apetito y protege el hígado.

En cuanto a los beneficios sobre el aparato circulatorio, ayuda de forma potente a regular el colesterol, inhibiendo la oxidación de este y normalizando la tensión.

¿Cómo ayuda a la piel?

Pero no sólo a nivel interno es un gran benefactor, sino que también ayuda con los problemas dérmicos, es decir, todo aquello que afecta a tu piel. Concretamente, es un potente regenerador celular y cicatrizante.

Ideal para pieles sensibles, acneicas y grasas

El própolis es un calmante natural, ideal para las pieles más reactivas y sensibles con tendencia a irritarse fácilmente.

Sin embargo, también ayuda con las pieles acneicas, gracias a su acción cicatrizantes; regula el sebo (perfecto para pieles mixtas o grasas); refuerza la barrera natural de la piel; ayuda a reducir las rojeces por sus cualidades antiinflamatorias y es una opción perfecta para luchar contra el envejecimiento porque, además, es un potente antioxidante.

El própolis es el nuevo aloe vera

Sí, el aloe vera tiene competencia. Y es que el própolis, gracias a esas cualidades cicatrizantes y desinfectantes de las que ya te hemos hablado, es perfecto también para tratar quemaduras o heridas.

Así que si pensabas que el própolis sólo podía formar parte de tu rutina a través de las clásicas ampollas orales, da la bienvenida a un nuevo posible uso a través de tus cremas… y dale las gracias a las abejas.