Cremas hidratantes, sérums, lociones… Tenemos a nuestra disposición un sinfín de productos para rejuvenecer y regenerar nuestra piel, pero por mucho cuidado que le dediquemos a nuestra rutina de belleza, siempre aparece algo que tira al traste todo. Y es que aunque hidratemos la piel concienzudamente, ésta se puede deshidratar por muchas causas. Te contamos qué factores contribuyen a la deshidratación de la piel y sus soluciones. Y di adiós a la piel seca.

1. Demasiada hidratación

Sí, como lo lees. Lo primero que se nos pasa por la cabeza a la hora de combatir la sequedad de la piel es utilizar una crema hidratante, pero ¿te has dado cuenta que, independientemente de la cantidad que te apliques, siempre hay zonas de tu piel que permanecen tirantes y secas? Según los expertos, la sobrehidratación puede provocar el efecto contrario y resecar la piel, ya que debilita su barrera natural y agudiza los efectos derivados de la pérdida de agua.

Solución: La clave para hacer frente a una piel seca no está relacionada con la cantidad de crema hidratante que te apliques, sino con el tipo de crema que utilices. Encontrar la más apropiada para tu piel es fundamental para presumir de una piel sin imperfecciones. Nuestra sugerencia es Life Plankton™ Sensitive Emulsion. Con una alta concentración de Life Plankton™, esta emulsión no sólo calma y repara la piel seca y sensible, sino que también la hidrata en profundidad, prolongando su efecto más allá de las 24 horas. Con el tiempo, la piel se vuelve menos reactiva, más lisa y más radiante, reforzando la barrera natural de la piel en tan solo una semana.

2. Ducharse con agua caliente

Para muchas personas el mejor momento del día llega con una ducha larga con agua bien caliente, sin embargo, esta costumbre puede ser una de las causas por las que se nos reseca la piel. El agua demasiado caliente puede eliminar los aceites naturales presentes en la piel y deshidratarla.

Solución: Si reduces la temperatura del agua de la ducha, no sólo cuidarás tu piel, sino que, además, el planeta te lo agradecerá. Dúchate con agua tibia y una leche de ducha enriquecida con agentes hidratantes para limpiar y suavizar la piel.

3. Mucho frío y calor

Da igual que sea verano o invierno, el aire acondicionado y la calefacción pueden hacer estragos en tu piel. Y es que tanto el calor de la calefacción como el frío que genera el aire acondicionado reducen la humedad presente en el aire y la de la piel dejándote una sensación de piel seca y tirante.

Solución: Evita que la piel se deshidrate con un producto que sirva como primer paso en tu rutina de belleza. Las esencias faciales tienen un concentrado activo como el sérum pero una textura ligera como un agua de belleza, por lo que no se hace pesado. Este básico para el cuidado de la piel repara la barrera natural de la piel, evita que pierda su grado de humedad y la mantiene tersa y suave mañana y noche.

4. El uso de jabones convencionales

Sabemos que una limpieza facial por la mañana y otra por la noche es fundamental para acabar con las imperfecciones de la piel, pero para hacerlo correctamente, elegir los productos adecuados es casi tan importante como la limpieza en sí misma. Intenta evitar los jabones convencionales con altos niveles de pH. Aun cuando pueda parecer que funcionan, lo único que hacen es eliminar los aceites naturales de la piel, dejándola seca y deshidratada.

Solución: Utiliza una loción específica para pieles secas, como Biosource Milk for Dry Skin. Con su suave textura a base de Life Plankton™, glicerina y alantoína, este limpiador facial limpia y elimina el maquillaje así como las impurezas procedentes del sudor o del aire que nos rodea.