Junto al acné, los poros abiertos se han convertido en uno de nuestros principales problemas estéticos, que incluso pueden llegar a perjudicar nuestra salud. De ahí que eliminarlos sea una de nuestras más duras batallas desde tiempos inmemorables. Aunque pongamos todo nuestro empeño en disimularlos con maquillaje, en muchas ocasiones, el resultado no es el que buscamos. Te contamos por qué se producen estas imperfecciones y cómo cuidarlas para mejorar el aspecto de tu piel definitivamente.

Qué los causa

Los poros son los responsables de que la piel transpire y de que el sebo que producen las glándulas sebáceas llegue hasta la epidermis, la capa más externa de la piel, actuando como una crema hidratante natural para preservar la elasticidad de la piel.

El exceso de sebo, la acumulación de células muertas y de partículas de la contaminación ambiental pueden obstruir estos pequeños orificios haciendo que se abran más de la cuenta. ¿Las consecuencias? Una piel irritada y sin uniformidad propensa a que aparezcan erupciones y, a largo plazo, episodios de acné.

Cómo acabar con ellos

Los poros abiertos son, muchas veces, una señal de que la piel necesita más cuidados por nuestra parte. Esta molesta situación se puede frenar con los productos de belleza adecuados y una buena rutina para el cuidado de la piel. ¡Toma nota!

1. Exfoliante

En estos casos una limpieza facial básica no es suficiente. Hay que ahondar en el problema y para ello lo mejor es optar por una buena exfoliación. Lo normal es realizarlo al menos una vez por semana, pero para que no se acumulen las células muertas de la piel podemos hacer este paso a diario con un exfoliante ligero que limpie en profundidad los poros sin irritar la piel.

2. Mascarilla

Además de la exfoliación, las mascarillas pueden ayudar a mejorar el estado de los poros. Estas absorben el sebo de la piel y el resto de impurezas dejando que los poros se puedan cerrar. Para estos casos las mascarillas de arcilla son la mejor opción pues actúan como un agente antibacteriano y neutralizan las impurezas de la piel. Aplica este producto dos veces por semana y notarás una mejora en tu rostro.

3. Esencia

Una vez que tu piel esté completamente limpia y libre de impurezas, toca empezar con tu rutina de belleza diaria. La esencia facial es el primer paso de cualquier porque, además de regenerar la piel y mantener los poros en buen estado, permite una mayor absorción de los productos que vendrán a continuación.

4. Hidratante

La hidratación es fundamental, incluso para las pieles grasas, el tipo de piel más propenso a tener los poros dilatados. Una crema hidratante libre de aceites por la mañana y por la noche garantiza una piel tersa y libre de los efectos de la deshidratación y, por ende, de la obstrucción de los poros.