Está claro que no es una decisión fácil, sobre todo si es la primera vez que te animas a emprender viaje en solitario, pero piensa en las numerosas ventajas que te esperan: todo el tiempo para ti, puedes ir donde quieras y como quieras; puedes conocer a gente nueva, puedes empaparte del destino sin más distracciones que por las que tú decidas dejarte llevar...

Además, la experiencia de viajar en solitario puede ser personal y psicológicamente muy enriquecedora, como demuestran estas 10 lecciones del viajero solitario extraídas del libro 'Guía para viajar solo' (Lonely Planet, 15 euros):

1. Qué tipo de viajero eres

Cuando no hay que adaptarse a las preferencias de otro, la forma de viajar de cada cual queda clara. A lo mejor el viajero prefiere recorrer los sitios a paso rápido o, por el contrario, le gusta tener tiempo para disfrutar de los pequeños placeres. Igual descubre al noctámbulo empedernido que lleva dentro o que le gusta levantarse temprano para visitar sitios antes de que lleguen las multitudes. Esta información servirá para planificar mejor los futuros viajes en solitario.

2. A tener la mente más abierta

Al viajar en solitario, las suposiciones y las creencias se ponen a prueba más que nunca. Sin nadie al lado para respaldar los propios prejuicios, se aprende a abrir la mente a nuevas formas de vivir ya a reevaluar ideas preconcebidas que se hubieran podido albergar sobre esas culturas o costumbres.

3. Cuáles son los límites propios

Hay quien jamás habría pensado que no le molestaría compartir dormitorio con 20 personas o que podría pasar varios días haciendo senderismo sin ducharse. Al viajar en solitario, enseguida se averiguan cuáles son los límites propios y si uno se siente a gusto expandiéndolos.

4. Sentirse a cómodo solas

En ocasiones, puede que se prefiera estar con alguien para comer, pero después de viajar a solar un tiempo, se aprende a estar a gusto sin más compañía que la propia. Tras pasar unos días en grupo, tal vez se descubra uno añorando incluso un poco de soledad.

5. A asumir responsabilidades

Se perderá dinero, se escaparán autobuses, se calculará mal el tiempo para llegar al aeropuerto y se olvidará reservar un hostal en época de festivales. Al viajar solo, no se tiene a nadie más a quien culpar de los errores. Se aprende a asumir la responsabilidad, a tomar buena nota y a seguir adelante.

6. A fiarse de la intuición

Sin un compañero de confianza que ayude a elegir la dirección correcta (o la equivocada) en el camino, se encuentra la valentía de confiar en los propios instintos. Al fin y al cabo, no queda otra.

7. Qué es importante para uno en la vida

Conforme se conocen nuevas personas, sitios, olores y sonidos, se desarrolla la capacidad de mirar la vida 'real' con más objetividad. Uno se cuestiona si las costumbres, objetivos y opciones de estilo de vida que antes consideraba importantes para sí lo son tantos en realidad.

8. A vivir con menos

Tras viajar un tiempo, uno se acostumbra a vivir un tiempo solo con lo esencial. De pronto, la idea de adquirir los vaqueros de moda de la próxima temporada cuando ya se tienen un par en casa, o de dedicar una hora cada día a acicalarse, cuando se podría estar en la playa, empieza a parecer una tontería enorme.

9. Quiénes son los verdaderos amigos

Los amigos de verdad y la familia nos quieren por lo que somos y entienden (o, al menos, aprenden a aceptar) que se necesite viajar en solitario. Al volver, seguirán en el mismo sitio. Otra gente que parecía cercana, sin embargo, tal vez ya no tenga nada que ver con el 'nuevo yo' del viajero ni tiempo para oír las anécdotas que tanto se ansiaba contar. De igual modo, puede resultar de pronto que no se tienen tantas cosas en común con esos 'amigos' como se pensaba y que convenga replantearse el papel que ocupan en la vida.

10. Que en la vida siempre hay sitio para nuevos amigos

Enseguida se lo ve fácil que es hacer amigos cuando se viaja en solitario. Muchos de los que se hagan durante el viaje acabarán siéndolo de por vida. Hay que mostrarse receptivo a otros viajeros que rompan el hielo y a averiguar qué los ha llevado al mismo sitio que se está visitando: es probable que se tenga algo en común.