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La revolución veggie ya es imparable. Cualquier 'foodie' sabe que la gastronomía vegetariana y vegana tiene mucho que decir y que, en los últimos años, ha experimentado una gran evolución que ya le aleja del concepto inicial de las verduras a la plancha, el tofu más o menos aliñado y las ensaladas creativas.
Para comprobarlo, nada mejor que acercarnos a Distrito Vegano Invernadero (Conde de Romanones, 10), el que para mí es ahora el restaurante vegano más creativo e interesante de Madrid. Para mí y para mucha gente, porque no hay más que comprobar como su sala está llena un día sí y otro también (además es muy posible que nos podamos encontrar con celebridades, porque es bastante frecuentado por actores, músicos...).
No es un restaurante de largo recorrido, pero sí de un tremendo 'expertise'. Distrito Vegano Invernadero es la 'fusión' de tres restaurantes veganos que nos dieron muchas alegrías a los madrileños: Distrito Vegano, La Modernista y La Tía Carlota. Abrió en abril de 2022 liderado por el chef Pablo Donoso con la intención de 'veganizar' la cocina española e internacional de siempre. El concepto de la carta, 100% Plant Based, se traslada a la decoración del local, con techos vegetales y una entrada, conservada del local anterior, en hierro forjado y cristal.
Si siempre han tenido una carta acertada con la que, pidieras lo que pidieras, no fallabas (impresionantes, por ejemplo, las patatas al vegabrales, el chorizo y el 'boeuf bourguignon'), ahora han dado el do de pecho con el menú degustación Naturaleza Urbana en 6 pasos -por encargo con 72 horas de antelación y para un mínimo de 2 personas-, elaborado con productos de temporada.
El espectáculo comienza con un cóctel de bienvenida de mimosa de litchi, que lleva cava ecológico y zumo de pulpa de naranja, exquisito pero con un regusto un poco amargo al final. Puedes combinarlo con agua o bien continuarlo con la botella de vino que acompaña el menú, a elegir entre tempranillos de Ribera y Rioja o bien un Toro.
El primer paso es un exquisito carpaccio de rabanitos con leche de tigre y mayonesa de wasabi, servido con crujientes de kale y cacahuetes, con un suave toque picante pero muy agradable y ligero. El segundo, un tartar de aguacate hass, mango fresco recién cortado con siracha y tomatetún -un tomate aliñado de tal forma que replica el sabor del atún-, que a mí me resultó exquisito a pesar de saber algo más picante de lo que me hubiera gustado.
El tercer paso, unas endivias rojas asadas en mantequilla vegana, bechamel gratinada y granada fresca, sobre tierra de aceitunas negras deshidratadas que, para mí, fueron sin duda lo más rico del plato. Uno de los platos fuertes del menú es el cuarto plato, los sorprendentes mini baos de raiz de loto y bimis glaseados con salsa teriyaki, lemon grass y mayonesa de sweet chilli.
Y vamos con el final de esta explosión de sabores. Cerramos con un ragú de chantarelas, un guiso de setas silvestres, zanahorias mini, patata vitelotte y chalotas al brandy que estaba francamente delicioso y calentito y el postre, que no debes rechazar: una tarta de violeta y ganache de chocolate blanco, que te hace recordar que estás en Madrid por su intenso sabor al caramelo de violetas de mi infancia (momento Magdalena de Proust total).
Vamos con la información práctica: el menú cuesta 55 euros (muy razonable para la calidad del producto y la creatividad de los platos). El horario de Distrito Vegano Invernadero es de martes a jueves, de 10 h a 00 h, viernes y sábados de 10 h a 1 h y domingos de 10 h a 23 h. Lo dicho, una feliz sorpresa que gustará a veganos, vegetarianos y, cómo no, carnívoros.
