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La fuerza de la (buena) gastronomía se expande por Madrid como una botella de aceite que se rompe y comienza a conquistar todo el espacio a su alrededor sin barrera que lo frene. Pero no es estrictamente en el centro de ciudad, en sus vibrantes barrios como Salamanca, Retiro o Chueca llenos de clásicos, buenos y nuevos restaurantes, donde vas a encontrar esos locales donde comer muy bien envuelta en ese buen ambiente que crea necesidad. A las afueras de la capital, a pocos minutos en zonas como Aravaca o Pozuelo, también bullen propuestas y conceptos gastronómicos que se han puesto de moda y que reclaman atención y expiden éxitos. Uno de estos restaurantes es Fidelio, un nuevo peruano recientemente abierto en Boadilla del Monte.
Detrás de Fidelio están Alejandra Tefel y su marido, Daniel Flores, quienes han apostado por llevar a esta zona de Madrid -que no tenía- un auténtico peruano, al que añaden algunos cuidados toques contemporáneos para traerlo al día y que se completa con una amplia propuesta de coctelería peruana para cerrar el círculo.
El primer impacto que causa Fidelio al cruzar sus puertas es la de un local muy sencillo y cogedor, cuya primera pretensión es la de que te sientas cómoda y te concentres principalmente en su propuesta gastronómica. Su decoración es minimalista, con algunos telares tradicionales elaborados por auténticos artesanos de Valle Sagrado, traídos directamente de Perú.
En cuanto a los espacios, hay distintos "escenarios" perfectamente delimitados que van desde la zona de la terraza a otra de aires más informales con mesas de madera, sillones corridos y cómodas butacas de tercipelo en tonos azul cielo, mostaza y rosa -colores tradicionales de los telares de Valle Sagrado-; y otra zona más "elevada" con manteles de hilo. Y por supuesto la barra, donde la mixología presenta sus credenciales.
¿Qué comer en Fidelio?
La cocina de Fidelio nace de las recetas y platos tradicionales de Perú, muchos de ellos ya conocidos como el ceviche o el tiradito, el ají o el lomo saltado. Se busca y se transmite la autenticidad, pero muchos de ellos añaden un "twist" de modernidad e incluso hay algunas interpretaciones creativas de toques mediterráneos, pero tratando de no perder las raíces, la esencia y sobre todo esos sabores ancestrales.
La carta es bastante corta, pues cuenta con poco más de veinte platos, pero lo suficientemente variados para que pruebes de todo y te regales un festín. Para comenzar, en la parte de entrantes fríos vas a encontrar opciones muy frescas y sabrosas como el Tiradito de lubina -al que dan un toque muy especial con ají amarillo y maracuyá-, así como un dúo de ceviches como el clásico y uno de los platos llamados a ser icónicos: el Ceviche Fidelio, que preparan con una refrescante leche de tigre y se salen de la norma más estricta añadiendo espinacas -y se nota de forma sutil- albahaca y chipirón crujiente.
A destacar también las causas; una primera acevichada, con crujiente de corvina, ají amarillo y leche de tigre; y una sorprendente Causa de langostinos, con langostino tigre, chalaquita, reducción de mariscos y aguacate asado.
En la parte de entrantes calientes, hay un sorpendente ceviche Costa Brava -con pulpo, zamburiñas y rocoto...-, unas gyozas de angus con salsa hoisin y ponzu realmente ricas, la Papa rellena de cadera de angus o uno de los platillos que están ganando adeptos y se está entendiendo en los últimos tiempos: el tamal, en este caso en dos opciones de cerdo y pollo con un toque de ají panca que le da un picor suave adictivo.
La segunda parte de la carta recoge más clásicos peruanos en su deliciosa mezcla nikkei como el Arroz Chaufa Pekín, a otros arroces como el Loche de pato o el meloso de mariscos, de intenso sabor. No fanta el icónico Lomo saltado, el rey de sus propuestas carnívoras: el pollo dobado -un plato muy característico de aquellas lejanas tierras-; y como guiño a nuestro país, un llamativo. Chicharrón a la chorrillana -torreznos con cebollas asadas y salsa chalaquita-. Por supuesto no falta el famosísimo Ají de pollo, que aquí preparan con ají amarillo, patata morada y huevo.
Cócteles peruanos (de autor)
Otra parte básica de Fidelio es su coctelería peruana, a la que añaden cócteles de autor que no vas a encontrar en ningún otro lado de la ciudad. Por supuesto, para comenzar la velada la apuesta ganadora es la del clásico Pisco Sour -tienen también una versión diferente y llamativa con algo de show llamada Pisco Punch que hacen con pisco, limón, zumo de lima, licor de cilantro, peino y aire cítrico-.
Entre sus cócteles de autor destacan el Amalkay, con ingredientes como el vodka y el cordial de pomelo rosa guayaba; o el Misti con mezcal, cordial de frambuesa, soda y toques ahumados -ojo que lo terminan en mesa-... En total hay 13 opciones de cócteles y tres más de mocktails, por lo que los tragos no se te van a atragantar.
Av. Infante Don Luis, 10. Boadilla del Monte, Madrid
Tel. 910 68 45 10
IG: @@fidelio.rest
Precio medio: 45 euros
