Es uno de esos lugares difíciles de clasificar porque alberga muchas cosas tras el umbral de su puerta. Es Angelita. Después de un mes de cierre por reforma, sus recién renovadas dos plantas acogen ahora dos novedades. Por un lado, un wine bar anejo al restaurante en el piso superior al que los hermanos Villalón llaman “el espacio espontáneo” porque no necesita reserva (algo que empieza a ser un unicornio en Madrid); por otro, la incorporación de la Sala Hibiki, un reservado modulable donde reunirse y organizar pequeños eventos.

David y Mario Villalon, sumiller y mixólogo, han renovado su local de Chueca, desde la carta a hasta la decoración, tras haber cosechado éxitos durante los últimos años como ser nombrados la mejor coctelería de restaurante en FIBAR en 2021 o estar entre los 100 mejores bares del mundo según Top 500 Bars.

equipo del restaurante coctelería y wine bar angelita de madrid
Angelita
Equipo de Angelita

Wine bar y comedor para disfrutar

Su apuesta por los vinos lo convierten en un lugar de visita obligada para cualquier wine lover o persona que tenga interés en la materia. Su nuevo wine bar, situado en el piso superior, cuenta con una barra de mármol de siete metros y ocho taburetes de donde disfrutar de su oferta enológica, con más de 60 referencias por copas, y una carta adaptada a este “el espacio espontáneo”, como lo llaman los hermanos Villalón porque no necesita reserva, algo que empieza a ser un unicornio en Madrid.

Platos fríos como su versión de la ensaladilla rusa con pimiento asados en casa sobre brioche o la terrina de campaña, y una cuidada selección de quesos y embutidos se servirán desde primera hora. Un poco más avanzada la tarde, los platos calientes como el canelón de rabo de toro con holandesa y setas o el guiso de callos, también estarán disponibles en esta divertida barra.

barra de vino de la coctelería wine bar angelita de madrid
Angelita
Barra del wine bar de Angelita

En el comedor, donde sí que habrá que contar con reserva, la parte líquida que cuenta con 3000 etiquetas complementa lo puramente gastronómico. La propuesta alberga cuatro categorías para degustar: clásicos, con algunos platos típicos como su pisto con yema y alioli de romero, o el sam coreano de oreja de cerdo; contemporáneos, basados en pescados de lonja y verduras y algunos platos de matanza; las sugerencias del día y el menú degustación de ocho pases. Cada día la propuesta se ve reforzada con los tres o cuatro fuera de carta que se elaboran con esmero aprovechando lo mejor de cada temporada en el mercado.

pisto de la madre de los villalon para el restaurante coctelería wine bar angelita de madrid
Angelita
Pisto de la madre de los Villalon
mero con jugo de vainas, plato de la coctelería wine bar angelita de madrid
Angelita
Mero con jugo de vainas

Producto y origen

En Angelita el producto siempre ha estado en el centro, pero ahora buscan reivindicar su origen. La huerta que la familia Villalón tiene en Zamora surte a la cocina de verduras, los huevos son de Madrid y el resto de productores, también de cercanía, trabajan en la línea de lo ecológico y lo biodinámico.

Este cariño a la hora de elegir los ingredientes hace que los platos que se sirven en el comedor sean deleite asegurado. Como ejemplos: la col asada en papillote con beurre blanc de espinas de mero; o su versión de mar y montaña a base de albóndigas de matanza con calamar, bañadas en una salsa que se elabora con los interiores de los cefalópodos que invita a mojar pan hasta limpiar el plato.

corvina y sopa thai, plato de la coctelería wine bar angeita de madrid
Angelita
Corvina y sopa thai

Es una cocina en la que se aprecia un vínculo con el recetario popular revisado y con la sensibilidad con todo el proceso, desde el origen hasta la preparación final. Pero también se incluyen platos con ingredientes poco conocidos que refrescan como la ensalada de agretti, un vegetal italiano, con pulpo. El carro de quesos que se mueve por la sala dará opción al comensal a montar su propia tabla con tres, seis o nueve variedades y añade un toque perfecto para cerrar la velada.

ensalada de agretti y pulpo, plato del restaurante coctelería angelita de madrid
Angelita
Ensalada de agretti y pulpo

Una arquitectura basada en el vino y lo castizo

Los Villalón han contado para la reforma con Gos Architecture, un estudio madrileño que ha acogido este proyecto cuidando cada detalle por la amistad que les unía con Mario y David. Toda la inspiración del local está basada en el proceso del vino. La parte superior hace referencia al terroir que se traslada a las paredes de la sala en una paleta de colores tierra que se alían con las texturas ásperas para hablarnos de los taninos. La madera de las barricas también está presente en el mobiliario de roble que rompe con los detalles de lo popular madrileño.

comedor del restaurante, coctelería y wine bar angelita de madrid
Angelita
Comedor del restaurante Angelita

Abajo se mantiene la funcionalidad y la limpieza. La barra sigue siendo un laboratorio totalmente a la vista del cliente, el color tiende a la arcilla, como si se hiciese una cala de tierra en un viñedo y se llegase a su parte más profunda. Con un imaginario de cueva, la disposición cambia y los asientos del salón principal se podrán compartir y mover según las necesidades de cada servicio. Una barra de metal pone el toque castizo y solventa las necesidades de quienes no saben, o no quieren, beber sentados.

La gastrococtelería que esconde el sótano

Tras el éxito de ‘Identidad’, una carta de cócteles sin hielo, Mario Villalón y equipo continúan con ‘Bebidas Vivas’, un menú donde se vuelve a las formas esenciales de la naturaleza.

A los 14 cócteles anteriores se añaden ahora cuatro más: La Higuera, El Madroño, La Judía y El Albaricoque, cada uno de ellos relacionados con una planta, vista como un ser vivo del que se intenta aprovechar al máximo sus partes con la mínima intervención. Bebidas que evolucionan en el propio vaso y durante el proceso de producción, en el que se siguen usando productos de temporada de la huerta familiar zamorana.

cóctel el granado de angelita, madrid
Angelita
Cóctel El Granado

Sin perder su identidad de coctelería, también habrá opción para disfrutar de la oferta de vinos de la parte superior -con servicio de sumiller incluído- y de la misma carta gastronómica, en una sala llena de bancadas que recuerdan a los diner americanos, las mesas que el estudio Gos han diseñado bailan en el espacio y permiten que tanto grupos grandes como parejas puedan encontrar un lugar donde sentirse cómodos.

Sala Hibiki, un reservado modular

En el sótano también encontramos otra novedad: la sala Hibiki, un reservado modular con paneles estilo japonés que se podrá abrir o cerrar según las necesidades del servicio. Con una mesa central rodeada por un sofá corrido, esta sala está orientada a grupos reducidos que quieran mayor intimidad o que hayan contratado una experiencia gastronómica concreta.

sala hibiki, de la coctelería y wine bar angeita de madrid
Angelita Madrid
Sala Hibiki de Angelita

“La idea es que en este espacio ocurran desde comidas japonesas, experiencias de pastelería o de estrella Michelin, cosas que normalmente en Angelita no pueden suceder por concepto”, comenta David Villalón.