España contaba el 1 de enero de 2022 con 47,5 millones de habitantes, según los datos de población del Instituto Nacional de Estadística (INE). Estos datos confirman el crecimiento sostenido de habitantes en nuestro país, lo que se debe a la migración; no a la disminución de la mortalidad ni al incremento de la tasa de natalidad.

En este sentido, España es uno de los países de Europa con la tasa de fecundidad (número medio de hijos por mujer) más baja: 1,3 hijos por mujer en 2022. Está muy, pero que muy lejos de la tasa de 1975, cuando lo habitual era tener 2,8 hijos. La falta de estabilidad laboral, la imposibilidad de conciliar, los bajos sueldos... convierten a la maternidad en una auténtica entelequia para las españolas.

Pero... ¿qué pasa si eres una de esas mujeres que quiere tener no solo un hijo, sino dos, tres... o incluso más? ¿Eres una 'loca' o una valiente? ¿O, simplemente, una persona que quiere elegir libremente su derecho a ser madre y a la que el sistema no le pone demasiadas facilidades?

Cuando una pareja decide que va a ir más allá de las estadísticas y que va a formar una familia numerosa, suele tener que vérselas con gente que no lo entiende. "Cuando esto ocurre, lo mejor es conectar con el perdón y la compasión hacia aquellos que ni siquiera saben de lo que se ríen, pues probablemente no lo han vivido, y perdonar la falta de apertura mental y flexibilidad que tienen hacia opciones distintas a la suya", señala Silvia Congost, la jefa 'psico de Elle.es.

una mujer acaba de dar a luz en un hospital de francia
MARTIN BUREAU//Getty Images

En la misma línea opina Juvenal Ornelas, experto de Mundopsicologos.com: "La decisión del número de hijos depende de la pareja y de la capacidad para darles una vida adecuada; que sea mayor o menor es una cuestión que nunca ha de caer en la burla si se respeta la decisión de pareja".

Ornelas añade que la sociedad ha cambiado y que ya no se relaciona el hecho de tener familias numerosas "con la falta de educación o con valores más religiosos en sus trasfondos", aunque una de las protagonistas de nuestro reportaje sea Rosa Pich quien, además de ser madre de 18 hijos, es supernumeraria del Opus Dei. "Pero la decisión ha sido nuestra, no se ha metido ningún cura en la cama", explica divertida.

Rosa Pich es la madre de los Pich-Postigo, que llegó a ser la familia española con más hijos escolarizados a la vez; una familia que ha salido muchas veces en los medios de comunicación porque, reconozcámoslo, tener 18 hijos no es lo habitual. Pich escribió en 2018 su bestseller 'Cómo ser feliz con 1, 2, 3... hijos' (editorial Palabra) y ahora ha publicado con Martínez Roca el sorprendente 'La vida es bella y más si se vive en familia'.

Nos recibe en plenas vacaciones, con el griterío al fondo de los niños más pequeños de la familia, y no se siente para nada el salmón que nada en otra dirección. Al contrario, se define como una "bastante revolucionaria en algunos sentidos, pero me siento una persona de hoy; de hecho, mis hijos mantienen mi vocabulario al día. Cuando viajas por el mundo, te das cuenta de que en todas partes, y tengas los críos que tengas, al final los problemas son los mismos: la pareja con falta de comunicación, los niños con pataletas...".

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La pregunta del millón

Unos sienten que les ha llegado el momento de ser padres/madres; otros sienten la vocación desde pequeños; a otros les presiona el entorno... Pero, seamos sensatos, ¿qué preguntas debería hacerse una mujer antes de tener hijos? Según Juvenal Ornelas, es fundamental saber si existe ese instinto maternal, además de tener una respuesta sobre "qué le puedo ofrecer en los aspectos emocional, económico y social a mi futuro hijo, porque la madre siempre estará en el cuidado y desarrollo de sus hijos, con independencia del tiempo de duración de la pareja".

Silvia Congost nos anima a plantearnos 'por qué' y 'para qué'. "El por qué significa el motivo: el para qué, significa el objetivo que buscamos al tener ese hijo: educarlo, enseñarle muchas cosas, verlo crecer, darle amor admirar cómo aprende, darle lo mejor, compartir momentos con él...

Para Pich, es fundamental que lo piensen detenidamente porque, a la larga "es un compromiso el que estableces, sea de la creencia que seas; es una enorme responsabilidad tener hijos". Recuerda con cariño cómo era "la más juerguista en su juventud" y cómo el nacimiento de su primer hijo le pareció algo rarísimo: "Me parecía como un grano que no me dejaba hacer nada (risas), ¿qué es esto que me está colgando de la teta todo el rato? Al principio piensas que no vas a ser capaz, pero luego sacas fuerzas y aprendes; es un reto", afirma.

"En la sociedad actual no veo tanta presión como hace décadas donde ser mujer y no ser madre era visto con rareza", añade Juvenal Ornelas. "Muchas mujeres deciden por propia voluntad no ejercer la maternidad, con el acuerdo de sus parejas y esto cada vez es más normalizado en la sociedad".

mother feeding baby
George Marks//Getty Images

Se puede decidir no ser padre o madre, claro, pero a veces también lo decide la sociedad por nosotros, pero a veces estamos condicionadas por el trabajo y en ocasiones por el dinero. Muchas personas tendrían más hijos de los que tienen pero lo descartan por una cuestión económica. Pero en general, creo que lo decide cada una", reflexiona Silvia Congost.

¿Funcionan las matemáticas en la maternidad?

Un hijo nos da mucha felicidad; de acuerdo. Pero si tienes 4, 5, 6... ¿esa felicidad se multiplica exponencialmente? "La felicidad no está en el número de hijos, sino en darse en los demás y en pensar en los otros", apunta Pich, que señala que también es una actitud que debemos educarla en nosotros y en nuestros hijos de cara a las circunstancias que vengan en la vida.

La felicidad no es proporcional al número de hijos, pero lo que sí está claro es que con tanta 'chavalada' en casa, la salud mental de los progenitores se puede resentir. "La pareja de familia numerosa debe sentirse como un equipo en y para todo, un equipo en la organización y el aspecto emocional de todos los miembros", aconseja Juvenal Ornelas.

En ese equipo, Silvia Congost recomienda tener algo de ayuda: "No todo el mundo puede permitirse tener una persona en casa las 24h, por lo que a veces podemos pactar la logística con otros padres para que, como pareja podemos tener algunas horas de privacidad: para ir al cine, a cenar, a tomar algo o para una escapada de fin de semana. Ser padres cambia nuestra vida, pero no debemos olvidar que seguimos siendo pareja", señala.

Para cuidar a sus hijos, Rosa Pich ha echado mano en todos estos años de la 'tribu'; hermanos, amigos, vecinos. Si no, imposible. "Cuando estaba mi marido en el hospital (Chema Postigo falleció hace unos años de cáncer de hígado), mis amigas vinieron para dar de comer a 15 personas e incluso llegaron a hacer un Excel para organizar la casa", recuerda. O cuando los niños se ponían enfermos y venían compañeros a traerle los deberes. "Es imposible hacerlo todo solos. Somos un 'team'".

Estar fuertes... y no solo físicamente

Imagínate levantarte por la mañana y oír una decena de niños bostezando, caminando por el pasillo y reclamando el desayuno. O tener que estar pendientes de los deberes de tus hijos, que cada tarde te presentan retos diferentes de Bachillerato, Secundaria y Primaria... Para enfrentarse a una familia numerosa, "hay que tener dos factores mentales, el instinto maternal, desarrollado y el aspecto afectivo equilibrado. La madre debe tener una alta capacidad de amar para desarrollar su labor familiar", apunta el experto de Mundopsicologos.com.

Nuestra jefa Psico lamenta que no haya formación alguna para ser padres o madres, y que eso derive en una frustración cuando nos damos cuenta de que la vida no puede ser igual que antes. "Uno de los problemas con los que nos encontramos es que hay personas que deciden tener hijos, pero ellos quieren seguir haciendo su vida igual que cuando no los tenían y claro, la situación ha cambiado mucho. Aunque uno diga "me lo llevo a todas partes, sin problema", un niño necesita ir a dormir a una hora, comer en sus horarios, atenderle... y cuando tenemos muchos, esto se va repitiendo una y otra vez", reflexiona Silvia Congost.

No hay formación para los padres del hijo único ni para los de la familia numerosa, y otra cosa en la que coinciden es en los valores a transmitir. No deben diferir con el número de vástagos, explican las fuentes consultadas. "En la familia numerosa hay los mismos valores que en la de uno o dos hijos, pero es más fácil ponerlos en práctica", señala Congost. "Valores como el perdón, la generosidad, la aceptación de las diferencias... se pueden practicar y esto nos ayuda a incorporarlos de forma más profunda".

padres midiendo a sus hijos en la pared
George Marks//Getty Images

Para Juvenal Ornelas, "desarrollar respeto, equidad, ayuda, y sobre todo amor entre todos los miembros debe ser el objetivo de la familia, no se trata de un concepto de cantidad sino de calidad de relaciones".

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Rosa Pich comparte estos puntos de vista y señala que lo más satisfactorio de la familia que ha construido es que les ha educado "en pensar en los demás, en no ser egoísta y en compartir". Algo, que apunta divertida, es normal cuando duermes compartiendo una habitación de seis. O compartiendo los polos, una manera divertida y ecológica de cuidar el planeta y hacer consumo responsable: para eso parece mucho más sencillo tener una familia numerosa.

En cuanto a los valores, comparte con Ornelas y Congost lo que podríamos denominar el 'sentido común': "Tengas cualquier tipo de familia, los valores han de ser mismos. Ser bondadoso, hacer el bien; son principios normales, no hacer lo que no quieras que te hagan a ti. Aprender a respetar a todos los que nos rodean", señala la autora de 'La vida es bella y más si se vive en familia'. "Los hijos te dan alas; suman, no restan. Somos un equipo invencible, que nos echen lo que quieran porque podemos con ello", concluye feliz.