"Trabajo a fondo: actividades profesionales que se llevan a cabo en un estado de concentración desprovisto de distracciones, de tal manera que las capacidades cognitivas llegan a su límite máximo. Este esfuerzo crea valor, mejora las habilidades y no es sencillo de replicar".

No es sencillo de replicar... ni tampoco de llevar a cabo. Cal Newport, profesor de Ciencia Computacional en la Universidad de Georgetown y autor de 'Céntrate' (ed. Península), tiene muy claro en su libro qué es trabajar concentradísimo para poder exprimir a tope nuestra capacidad intelectual y convertirnos en un valor para nuestro oficio, nuestra empresa o para los entrevistadores.

Concentrarse al máximo para dar lo mejor de nosotros y 'evitar ruidos' no es algo nuevo. El psicólogo y ensayista suizo Carl Jung, según se explica en el libro, se construyó una enorme torre en una zona boscosa para retirarse a pensar en los momentos en los que necesitaba que su trabajo fuera más fructífero.

Bill Gates también se toma desde hace más de 30 años las famosas 'semanas para pensar', en las que se retira por unos días a una humilde cabaña con una bolsa llena de libros y lo único que hace es eso, pensar en los temas que más le preocupan. "Son momentos CPU, momentos en los que piensas en las cosas".

Frente al trabajo a fondo, el autor habla de 'trabajo superficial', "aquellas tareas que no son exigentes desde el punto de vista cognitivo, tareas de tipo logístico que se suelen ejecutar en medio de distracciones". ¿Cuánto tiempo de tu jornada laboral dedicas a estas tareas? Según un informe de 2012 de McKinsey, un trabajador del conocimiento dedica más del 60% a sus horas laborales a la comunicación electrónica y a la búsqueda por internet. Cerca del 30% del trabajo lo ocupa en leer y responder e-mails.

Internet, WhatsApp, e-mail, Instagram, Twitter... podrían ser herramientas que nos echaran un cable al desempeño de nuestras funciones pero, a la hora de la verdad, solo nos distraen y nos convierten en un trabajador peor (léase menos productivo) para nuestra empresa, porque siempre estamos 'mirando a las vilorias'.

rosalind russell en una escena de la película luna nueva 1940
Bettmann//Getty Images

Además de posicionarnos como un gran valor frente a nuestros superiores y contratadores (porque el trabajo en profundidad es escaso), el trabajo en activo tiene otra ventaja según Newport: nos permite entrenar nuestro cerebro y estar siempre despiertos para aprender rápidamente cosas difíciles. Además, apostar por esa profundidad tiene sentido pues "se maximiza el sentido y la satisfacción asociada a la vida laboral". ¿Son las distracciones las que nos están provocando que nuestro trabajo sea rutinario y aburrido? Según el autor, sí.

¿Cómo conseguir trabajar con profundidad en el distractor mundo del siglo XXI? Aquí van las cuatro reglas del 'Deep Work' que tanto furor está haciendo en el mundo laboral (frente a 'la Gran Renuncia', si no te queda más remedio que trabajar, apuesta por 'la gran concentración'):

1) Trabaja con profundidad

En 2012, los psicólogos Wilhelm Hoffman y Roy Baumeister hicieron un interesante estudio en el que a 205 alemanes se les dio un busca que sonaba en momentos al azar. Cuando se activaba, se les preguntaba qué estaban sintiendo, deseando o pensando en ese momento o en los 30 minutos previos. Los deseos más comunes contra los que estaba luchando era esperar, comer, dormir, tener sexo, parar en el trabajo, navegar por internet, escuchar música o ver la televisión. Este estudio nos deja claro que, a lo largo del día, estamos sometidos a muchos deseos que ponen a prueba nuestro concepto de trabajo profundo.

Según el autor, una serie de estrategias, rutinas y rituales puede ayudar a aprovechar mejor nuestra limitada fuerza de voluntad. La primera es saber qué concepto de 'trabajo profundo' encaja contigo: ¿serías capaz de encerrarte tipo oposición, sin que te moleste nada del exterior? ¿Prefieres levantarte antes y dedicar unas horas a ese estado de suma concentración? ¿Lo tuyo es programar a lo largo de cada semana tu tiempo de trabajo profundo?

oficina de correos con mecanógrafas
Bettmann//Getty Images

La segunda es crear tu propio ritual para un trabajo concentrado. Piensa dónde trabajas mejor, cómo trabajarás cuando comiences, cómo vas a apoyar a tu cerebro para que no se desconcentre. La tercera, hacer algo excepcional como ir a un lugar apartado para concentrarte y escribir, tomarte una semana para pensar en cómo vas a orientar tu futuro laboral... te ayudará a comprometerte en serio con el 'Deep Work'.

Apuesta por el trabajo acompañado cuando veas que será más fructífero para tu creatividad; recuerda que te llegará "un remolino de ideas", dice el autor, pero solo tendrás que usar las que te sirvan. Aplicar técnicas de tipo empresarial, como saber qué es lo verdaderamente importante o llevar un registro de resultados también puede ayudar, mientras que la última estrategia que recomienda Newport es permitirte ser algo perezoso: la inactividad puede contribuir, dice, a los grandes descubrimientos.

2) Abre las puertas al aburrimiento

Es exactamente la clave del segundo gran 'tip' aportado por Newport. Saber cuándo parar nos permitirá incrementar la capacidad de concentración, por paradójico que sea. Así, aconseja programar nuestros descansos hasta el punto de apuntar en una libreta a qué hora mirarás internet y no hacerlo hasta entonces, por ejemplo. La idea es que evitando los saltos entre trabajo profundo y distracciones conseguirás entrenar más y mejor a tu 'músculo de la concentración': "Si quieres tener éxito en el trabajo profundo, debes recablear tu cerebro para que se sienta cómodo resistiéndose a los estímulos distractores", explica.

Algunas técnicas que pueden servir son la meditación (no tienes por qué tomártelo al pie de la letra, un paseo hasta tu lugar de trabajo o practicar algo de deporte al día puede ayudarte a solucionar ese problema laboral que tienes enquistado) o incluso hacer ejercicios de memorización para trabajar tu cerebro.

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3) Aléjate de las redes sociales

Estamos en 2022 y pedir a cualquier trabajador que se ausente de las redes sociales durante toda una jornada o un tiempo sabático de días o semanas es una entelequia (aunque es muy 'higiénico' para la mente descansar una de las dos jornadas del fin de semana). Así que Newport reconoce que, como trabajadores, debemos reclamar el control de nuestro tiempo para evitar las distracciones derivadas de un estado de hiperconexión.

El autor nos propone lo que llama 'método artesano de la selección de las herramientas': "identifica los factores centrales que determinan el éxito y la felicidad de tu vida personal y profesional. Adopta una herramienta solo si sus impactos positivos sobre estos factores superan ostensiblemente los negativos". Es decir, que pongamos en una balanza el beneficio que nos puede dar el uso constante de las redes sociales.

Recomienda planificar bien no solo el tiempo de trabajo sino también el tiempo de ocio. ¿Vas a leer, a hacer deporte, a pasear, a disfrutar con la familia? Que tu 'día' no sea solo lo que hagas de 9 a 5, sino que tienes otras 16 horas para ser persona y ser feliz... alejado de las redes sociales.

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John Pratt//Getty Images

4) Elimina lo superficial

Península 'Céntrate'

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Desde hace meses, el debate está sobre la mesa: ¿por qué no implantar la semana laboral de cuatro días? Cerca de 200 empresas españolas se han apuntado a un proyecto piloto de ayudas a empresas impulsado por MásPaís en el que se va a estudiar el impacto sobre la productividad de reducir la semana laboral a cuatro días sin rebajar el salario. Algunos informes consultados por Newport señalan que, en las empresas en las que se ha pasado de cinco a cuatro días laborales lo que se ha reducido es el tiempo de trabajo superficial; véase envío y respuesta de correos electrónicos, reuniones...

Para eliminar lo superficial, en 'Céntrate' nos recomiendan planificar cada momento de nuestro día, repasar todas las actividades que debes desempeñar para saber cuál necesita más profundidad de trabajo (hablar con tu jefe para que te lo clarifique puede ayudar), no trabajar nunca más allá de las 17.30 (sí, bien planificado es posible no hacer horas extras y ser productivo) y no contestar a los mails 'ipso facto' los recibes.

Ahora, a poner en marcha todos estos consejos: si te concentras, serás más productivo, te costará menos trabajar y... no tendrás que hacer horas de más. ¡Todo ventajas!