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Hace apenas unos meses, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) puso cifras al acoso laboral en el mundo: más de la quinta parte de trabajadores lo experimenta. Da la impresión de que las compañías están asumiendo, sin más ni más, que estas cosas 'suceden', sin establecer protocolos y sin castigar a los responsables de estos comportamientos intolerables.
Jefes tóxicos porque no saben demostrar su autoridad de otra manera que siendo crueles, compañeros que no dejan de boicotearte por razones indeterminadas, ambiente laboral de guardería en el que no se deja de hablar mal del trabajador... Muchas son las situaciones que generan acoso laboral y que provocan una situación de riesgo en las plantillas.
El acoso laboral es aquella situación en la que una persona ejerce una violencia psicológica extrema sobre otras personas en el lugar de trabajo con el fin de destruir las redes de comunicación de la víctima y su reputación y perturbar la ejecución de sus tareas. Para que se considere acoso, debe ser repetido (más de una vez por semana) y recurrente (al menos suceder durante seis meses).
Si la empresa no toma cartas en el asunto ante estas situaciones, puede considerarse como un atentado a la dignidad (recogida en la Constitución Española y en el Estatuto de los Trabajadores), pero sobre todo un incumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales lo que, según los casos, podría ser incluso un delito penal.
¿Cómo identificar el acoso laboral?
Según la Fundación para la Prevención de los Riesgos Laborales; entre otros comportamientos, si experimentas alguno de los siguientes:
- Si crean rumores y mentiras sobre tu trabajo o tu vida personal.
- Si te aíslan física y emocionalmente.
- Si se mofan de ti delante de otras personas.
- Si no te permiten expresarte, si te interrumpen constantemente.
- Si te insultan o gritan de forma habitual.
- Si de forma constante resaltan los errores que cometes.
- Si te obligan a realizar tareas degradantes por debajo de tu categoría profesional.
- Si te encomiendan sin cesar nuevas tareas.
- Si cuestionan de forman constante las decisiones que tomas.
- Si de forma sistemática te niegan información para la realización de tus tareas.
- Si ocultan las habilidades que tienes.
- Si dan a entender que tienes problemas psicológicos.
Tipos de acoso laboral
Cuando pensamos en acoso laboral, siempre tenemos en mente el descendente; es decir, de jefe subordinado. Pero no todos son idénticos, hay varios tipos y la empresa debe tenerlos todos en cuenta para saber qué medidas tomar.
Según explica David López, Health and Safety Success Leader de la empresa de RRHH Empatif, "una sólida política empresarial contra el acoso y la formación adecuada de todas las personas trabajadoras pueden marcar la diferencia, con un protocolo de prevención diseñado y adecuado, con la creación de una Comisión de investigación (formada específicamente en esta cuestión) responsable de gestionar e investigar las denuncias que puedan llegar, permiten erradicar comportamientos perjudiciales para el personal que los padece así como para la empresa misma". Estos son los siete tipos de acoso laboral que esta empresa de RRHH define:
Acoso laboral vertical ascendente o descendente
No es muy común, pero el acoso ascendente o vertical es aquel en el que el empleado acosa al jefe, que no suele suceder por las habituales dinámicas de poder en la empresa. Por el contrario, el acoso descendente o 'bossing' es el general, cuando un superior abusa de su posición y menoscaba la integridad moral de un subordinado. Puede incluir sobrecarga de trabajo, desprecio por el esfuerzo del empleado o la privación de recursos necesarios.
Acoso laboral horizontal
El que ocurre entre compañeros, personas que ocupan las mismas o similares posiciones en la jerarquía laboral. Suelen ir más allá del trabajo y centrarse en lo personal, como la antipatía que sienta el uno por el otro.
Acoso sexual
No es exclusivo del ambiente laboral, pero también se da. Por lo general, el acosador es un superior (aunque también puede ocurrir entre iguales) y sus comportamientos, verbales o físicos, tienen connotaciones sexuales que atentan contra la dignidad de la víctima.
Acoso por razón de género
A distinguir del anterior: no tiene que ver con comportamientos sexuales, sino que se ataca a alguien por el género que es (habitualmente contra las mujeres). Puede incluir comentarios machistas o de naturaleza sexual en un entorno de trabajo dominado por un género en particular.
Acoso por razones políticas, religiosas, étnicas o de raza
Tiene lugar cuando se ataca a un trabajador por sus pensamientos políticos o religiosos o por su pertenencia a determinadas etnias y/o razas. Suele materializarse en comentarios, insultos, vejaciones... en los que aparezca cualquiera de esos conceptos.
Violencia física o verbal
Si el acoso laboral lleva violencia física o verbal, en forma de discusiones más acaloradas de la cuenta, agresiones verbales, insultos o incluso golpes físicos, lo más aconsejable es poner una denuncia.
'Burnout' y 'boreout'
Son dos situaciones clásicas de salud laboral, pero aquí es más complicado demostrar que proceden de un acoso, porque generalmente están más relacionadas con la sobrecarga de trabajo y la mala gestión de los equipos. Se asocia a las expectativas de la propia persona respecto a su trabajo y el aburrimiento, cansancio o desgana que este puede provocarle. Se verá claramente que es acoso laboral cuando el acosador busca conscientemente generar este efecto en su víctima.
