Son muchas las noticias que están llegando últimamente a los españoles en el campo del trabajo, la economía y las finanzas; parece que el año 2024 ha empezado calentito. Hace unos días, se hacía viral una información de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en la que esta entidad aclaraba qué quería decir, a día de hoy y en España, ser de clase baja, de clase media y de clase alta.

Está claro que hay una percepción subjetiva en esta clasificación: unos no aceptan ser de clase baja porque les parece poco, hay quien está a disgusto como clase media porque son poco más que mileuristas y, finalmente, reconocer que se pertenece a la clase alta, según qué ambientes, está mal visto.

Quizás los datos de la OCDE vengan a arrojar más luz sobre qué clase social es la nuestra en función del sueldo que cobramos... o quizás no, porque en cuanto se han hecho públicos han suscitado una enorme polémica. El método de la OCDE es ver cuáles son los ingresos de cada país y según ellos, hace un cálculo para asignar cada tramo salarial a una clase social. Pura matemática que no tiene en cuenta la situación de la sociedad y los trabajadores.

En el caso de nuestro país, para la OCDE, la clase baja es la que tiene ingresos por debajo del 75% de la mediana de la renta nacional; la clase media, con ingresos entre el 75% y el 200% de la mediana y la clase alta, con ingresos del 200% de la mediana nacional. ¿Y cuál es la mediana nacional de salarios? En 2019, ascendía a 15.193 euros anuales. Es decir,

  • Clase baja: hasta 11.395 euros/año
  • Clase media: desde 11.395 euros/año a 30.386 euros/año
  • Clase alta: a partir de 30.386 euros al año
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Esto ha levantado muchas ampollas, porque claro, considerar que si cobras 2.532 euros al mes (en el caso de que recibas 12 pagas) brutos eres 'un ricachón' pues es, hoy por hoy, una 'sobrada' que demuestra que la OCDE no está muy cerca de la realidad social de un país cuyo 10% de población acumula el 57% de toda la riqueza (según datos de 2021).

¿Qué supondrá el incremento del SMI?

Hay que tener en cuenta que estos datos de la OCDE son antiguos; no solo porque se traten de 2019 y ya han pasado cinco años sino porque se acaba de aprobar una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Ha sido un acuerdo unilateral entre Gobierno y sindicatos por el que se incrementa un 5%, que afectará a más de 2,5 millones de trabajadores y que tendrá efectos retroactivos desde el 1 de enero.

Este aumento supone que se pasará de 1.080 euros brutos mensuales en catorce pagas a 1.134 euros, también en catorce pagas (1.323 euros si se prorratea en doce pagas). Si se calcula anualmente, hablamos de que la nómina mínima pasaría de los 15.120 euros brutos a los 15.876 euros brutos. Anualmente, la cuantía aumentará de los 15.120 euros a los 15.876 euros brutos, mientras que el precio de la jornada mínima se establece en 37,86 euros.

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Después de subir el SMI de nuevo (el gobierno de coalición lo ha mejorado, desde 2018, en un 54%, pasando de unos irrisorios 736 euros a los 1.134 euros actuales), la ministra de Trabajo y Economía Social ha anunciado cuál será el siguiente caballo de batalla: la reducción de la jornada laboral.

Recordemos que Sumar consiguió que, en el pacto de Gobierno, se incluyera la reducción de horas laborales de 40 horas a 38 horas y media en 2024, y a las 37,5 horas a la semana dentro de dos, en 2025, sin reducir el salario. Pero el debate se quiere ampliar hasta las 35 horas semanales de las que ya gozan muchos sectores y, cómo no, a la jornada laboral semanal de 4 días. Agárrense, que vienen curvas...