¿A dónde te gustaría ir si pudieses pasar tus vacaciones fuera de España? Seguro que la lista de destinos exóticos que podrías recitar es larga, pero a la hora de la verdad, las opciones cercanas siguen siendo nuestro mejor comodín. Todo buenas noticias considerando el potencial que acumulan nuestros países vecinos. Y después de haber recorrido las 15 mejores playas de Portugal para ir en verano, hoy toca viajar a los pueblos más bonitos del sur de Francia, deseosas por demostrar que los paisajes del país galo no acaban en los campos de lavanda de la Provenza francesa ni en las lujosas playas de la Costa Azul. Y aunque siempre nos quedará la ciudad del amor, París… hoy resuena otro nombre: Occitania.

    Los franceses lo llaman Occitanie y es producto de la fusión de las regiones antiguamente conocidas como Midi-Pyrénées y Languedoc-Roussillon. Nuestra ruta discurre por la primera, entre pueblos, ríos y castillos, para así poner pie en tesoros medievales como Cordes sur Ciel o Saint Cirq Lapopie: Un oasis por los pueblos más bonitos del sur de Francia.

    conques en el sur de francia
    Michel Gounot / Godong

    Ruta por el sur de Francia

    Franqueada la barrera de los Pirineos, la primera gran ciudad que encontramos en esta región es Toulouse. Probablemente sea nuestra puerta de acceso dado que su aeropuerto es el más importante de la región, pero eso no debe quitarnos las ganas de empaparnos del ladrillo que le ha valido el sobrenombre de Ciudad Rosa. La majestuosidad del Capitolio o la imponente basílica de Saint-Sernin son dos razones de peso. También su Ciudad del espacio, un parque de atracciones para amantes del cosmos. No olvides disfrutar de placeres sencillos como pasear junto al Canal du Midi o recalar en el mejor bar de vinos del mundo: nunca está de más un poco de cosmopolitismo francés antes de entregarnos a sus pueblos.

    catedral de saint sernin en toulouse
    A. TAMBOLY//Getty Images

    Sería imperdonable no mencionar que a una hora queda Carcasona, la ciudad medieval de 52 torres y tres kilómetros de muralla que parece atrapada en un cuento de la Edad Media. Sin embargo, apuntaremos la brújula algo más hacia el norte para llegar a nuestra primera parada.

    Una opción perfecta es hacer este 'road trip' en caravana o camper. Además de contar con campings y zonas habilitadas, la ruta que te proponemos de Toulouse a Conques no supera los 400 kilómetros.

    Los pueblos más bonitos del sur de Francia

    Sin más dilación. Aquí os dejamos nuestra rigurosa selección de los pueblos más bonitos del sur de Francia según la redacción de ELLE.

    Albi

    vista de albi con la catedral y el puente medieval
    Photographer: Julian Elliott


    La ciudad de Albi es un viaje en el tiempo a la Edad Media. Se despliega a orillas del Tarn. Su casco histórico no tiene desperdicio, aunque lo primero que suele atraer al viajero es inmortalizar la postal que forman los arcos del Puente viejo y los casi 80 metros de la torre de la catedral desde los miradores que se improvisan al otro lado del río. Después, tocará impregnarnos de las calles de ladrillo rojo y fachadas entramadas hasta llegar a la colosal catedral de Santa Cecilia y admirar los impresionantes frescos y diseños que adornan su bóveda. Otro imprescindible: acercarse al histórico Palacio de la Berbie para disfrutar de sus jardines y transportarnos hasta las noches más parisinas con Toulouse-Lautrec en su ciudad natal, gracias al museo que se dedica a este pintor en su interior.

    Cordes sur Ciel

    cordes sur ciel en midi pyrenees, al sur de francia
    Daniele SCHNEIDER//Getty Images

    Apenas media hora nos separa de este pueblo de ciencia ficción. Visto de lejos, Cordes sur Ciel parece caer en cascada por la ladera de la colina. Visto de cerca, comprobamos que sus cuestas, desde que cruzamos bajo el arco de piedra de la Porte de l’Horloge, hay que conquistarlas paso a paso. Está considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia, gracias a una esencia medieval que permanece intacta, a excepción de las terrazas, preciosas tiendas y lugares tan auténticos como su mercado cubierto del siglo XIV. Tampoco falta oferta de museos, seas fan del arte moderno y contemporáneo o del azúcar y chocolate.

    El siguiente en la lista es Saint Antonin Noble Val, afincado en el departamento de Tarn y Garona junto al río Aveyron. Lo reconoceremos por la espigada torre de su iglesia. Puro encanto siguiendo la estela de lo anterior con el añadido de ser el perfecto campamento base para adentrarse en las gargantas del Aveyron. Naturaleza acusada, desnivel y miradores para no perder detalle, que se completan con una visita a las profundidades de la Grotte de Bosc. El cauce del río marcará el sentido hasta nuestra próxima parada.

    Najac

    najac, aveyron, france
    Peter Adams//Getty Images

    Aunque cueste creerlo, la imagen solo nos permite intuir parte de la belleza que encierra esta localidad. Najac gira en torno a la fortaleza defensiva del siglo XII que atrae todas las miradas encaramada sobre una colina. ¿O más bien se despliega frente a ella? Las casas desfilan a lo largo de la cresta del promontorio, hiladas por una calle principal que deberemos recorrer mientras contemplamos la meta, una torre de vigilancia que se alza en el cielo a 40 metros de altura. Detrás queda la iglesia de Saint Jean, una robusta preciosidad de piedra. Será asomados desde lo alto de la torre donde nos encontraremos rodeados de historia y de vasto verde. Una de las mejores apuesto de entre los pueblos más bonitos del sur de Francia.

    Saint-Cirq-Lapopie

    saint cirq lapopie en midi pyrenees
    Jean Paul Azam//Getty Images

    Nos dirigimos a uno de esos rincones por los que sentir un flechazo. Continuamos serpenteando por las carreteras francesas, inmersos en el valle de Lot, cuando a la hora de trayecto caemos rendidas a otros de esos paisajes que dibuja el río a su paso, esta vez con las fachadas de Saint-Cirq-Lapopie casi suspendidas junto al cauce. Destaca su iglesia, en sincronía con el cromatismo que impera en el resto de casitas medievales de la localidad. También las ruinas de un castillo. Aquí vivió el escritor André Breton, lo que impulsó su popularidad y atrajo a buena parte de los artistas surrealistas y galeristas que se instalaron en la Maison Daura.

    ¿Amantes de los vinos ricos y buenos para maridar con el verano? Pues si nos apetece probar uno de los vinos más famosos de Francia, podremos dirigirnos hasta Cahors y maravillarnos con el puente Valentré o la catedral de Saint-Etienne –con precioso claustro–, ambos Patrimonio de la Humanidad. Si no, seguiremos con la vista puesta en la imbatible Rocamadour.

    Rocamadour

    rocamadour en midi pyrenees, al sur de francia
    Craig Pershouse//Getty Images

    Vertical e incrustado en la roca del cañón Alzou. Así podríamos definir el segundo destino turístico más visitado en Francia después del Mont Saint Michel, uno de los 30 mejores monumentos del mundo que deberías visitar al menos una vez en la vida. Rocamadour es una de las paradas indiscutibles en Occitania. Lugar de peregrinación, su santuario funciona como un imán para curiosos y fieles, configurándose como uno de los mayores atractivos de los pueblos más bonitos del sur de Francia. Está formado por siete capillas, algunas tan singulares como la Capilla de Notre-Dame, custodiada por la Virgen negra. La devoción comparte protagonismo con los animales gracias al parque de aves Rocher des Aigles, con una muestra asombrosa de águilas, búhos, buitres y halcones, aunque también es territorio de macacos (en temporada alta) si nos dirigimos al bosque Foret des Singes.

    Conques

    iglesia saint foy en conques, midi pyrenees
    John Elk III//Getty Images

    Nuestra última parada será Conques, otro pueblo acusado de ser “el más bello de Francia” y uno de los 15 lugares más bonitos de Europa para un viaje exprés. Qué más da quién encabece el ranking, aquí las calles de piedra nos atrapan igual. Etapa de peregrinación en el Camino de Santiago francés, seguiremos el ejemplo para adentrarnos en la abadía de la Sainte Foy, únicamente tras admirar la escena tallada del juicio final que reposa en el tímpano sobre la entrada. Dentro aguarda el Tesoro de Conques, un cúmulo de reliquias de orfebrería medieval entre las que brilla con fuerza la estatua de Sainte Foy, ataviada con oro, plata y piedras preciosas. Nos persigue un aura de cuento, bajo tejados de pizarra y fachadas entramadas, que nos invita a no terminar este viaje. Quizás podría acompañarnos hasta Rodez. Su catedral gótica bien lo merece. Sin duda, uno de los destinos más fascinantes de esta selección de los pueblos más bonitos del sur de Francia.