La receta más sencilla para hacer una deliciosa y tradicional cuajada con miel
En la era del regreso de los platos y postres tradicionales -que han encontrado la armonía y conviven con los más modernos- la cuajada sigue manteniendo su principado. Es un postre delicioso y sano, que gusta a todos. Aquí tienes la receta más fácil para prepararlo.
Los "platos vintage", es decir, las recetas clásicas están más de moda que nunca. Hablamos de guisos de toda la vida, de lo de la abuela como el cocido madrileño, el pote asturiano, los calamares en su tinta, la caldereta de rabo de toro... y también en los postres como las icónicas torrijas que vas a encontrar en la carta de la mayoría de restaurantes, el tocinillo de cielo, el siempre apetecible arroz con leche o las rosquillas. Y, como no, el postre que ahora nos ocupa: la Cuajada con miel. Te enseñamos a hacerla sin complicaciones.
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Raciones:
6
Tiempo de preparación:
15 mins
Tiempo total:
15 mins
Ingredientes
750mL
de leche de oveja
15
gotas de cuajo líquido de farmacia
miel
frutos secos (opcional
Preparación
Paso 1Vierte la leche en un cazo y calienta a fuego suave hasta alcanzar una temperatura de 50º.
Paso 2Retira y añade en ese momento las gotas de cuajo. Remueve para integrar bien.
Paso 3Distribuye la leche sobre los recipientes individuales donde vayas a servir el postre.
Paso 4Deja que se enfríe al aire hasta que veas que se haya cuajado.
Paso 5Refrigera durante al menos 3 horas y, después, sirve acompañada de miel y frutos secos
CONSEJO: La densidad de la cuajada y su textura -para que te quede con una cremosidad máxima- depende de la calidad de la leche que utilices, y de la grasa que tenga. La de oveja es la ideal.
La cuajada es un postre originario de Navarra -aunque se hace en muchas regiones de España, donde también es una receta tradicional-, generalmente elaborado con leche de oveja. Los pastores las ordeñaban y ponien a hervir la leche -entonces echando piedras incandescentes en ella que le dabab calor y un toque ahumado; y la dejaban enfríar. Luego añadían el cuajo natural y se dejaba reposar mientas cogía cremosidad y esa textura tan catacterística.
Para darle ese toque dulce, otro clásico es añadirle miel, producto que los pastores también tenían muy a mano. Se cree que este postre se viene preparando desde la Prehistoria.