Sabemos que has ido a parar a este artículo porque, una de dos: o eres amante de los cristales y piedras, sabes qué piedra preciosa debes llevar según tu horóscopo y conoces bien todas sus propiedades naturales más allá de su intención decorativa; o te mantienes algo escéptica ante sus capacidades, pero te has sentido fuertemente atraída por sus bonitos y brillantes colores, los que emanan de la imagen de portada con la que te hemos atrapado.

No pretendemos convencerte sobre ninguna pseudociencia, sino abrirte a la posibilidad de obtener energía a través de elementos de la naturaleza como gemas, cristales o minerales. ¿Queremos decir que estos tienen poderes mágicos? No, simple y llanamente se ha venido probando que esta energía natural establece el flujo de energía en el cuerpo, el equilibrio físico, mental, emocional y espiritual de una persona. Así que si ya has probado, por ejemplo, ideas para decorar según el Feng Shui y atraer todo lo bueno a tu vida, estarás familiarizada con algunos conceptos.

Los cristales y las piedras se han utilizado durante milenios en culturas antiguas porque se creía en su poder curativo. Esta creencia ha cobrado sentido científico de manera definitiva gracias a los conceptos del electromagnetismo y la teoría cuántica (de la mano del físico James Clerk Maxwell), para explicar cómo todo vibra a una frecuencia determinada, permitiendo a los cristales cambiar las frecuencias de otros objetos y cuerpos cuando ocupan el mismo espacio.

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El mismo Nikola Tesla ya explicó que la vibración de la energía es vital para entender el universo y demostró que ciertas formas de energía pueden cambiar la resonancia vibratoria de otras. Y este es el concepto básico de la cristaloterapia: los cristales y las piedras tienen la capacidad de cambiar la vibración de las células del cuerpo. Lo cual entronca con lo que esta terapia alternativa sostiene: que pueden absorber, almacenar, reflejar e irradiar luz en forma de campos inteligentes de energía estable, para incrementar el flujo de fuerza vital en los cuerpos físicos y sus centros de energía, los chakras (si esto te interesa, no te pierdas cómo aprovechar la energía de la luna).

¿Otra razón avalada por la ciencia para pensar que sus propiedades funcionan de verdad? Búscala en el efecto piezoeléctrico (descubierto por Pierre, el marido de Marie Curie), que sencillamente quiere decir que los cristales pueden cambiar la forma de energía, como por ejemplo el cuarzo en los relojes, que convierten la electricidad (la de la batería o las pilas) en energía mecánica (las manecillas que se mueven). Por si no lo sabías, los chips de los ordenadores y otros dispositivos electrónicos también contienen cuarzo.

Otros estudios han apuntado al popular 'efecto placebo' (el poder de sugestión de cada persona, muy relacionado con los pensamientos negativos de tu mente) cuando se dice que sostener un cristal o colocarlo en ciertas partes del cuerpo promueve la curación física, emocional y espiritual, o cuando se afirma que algunos cristales supuestamente alivian el estrés u otros mejoran la concentración o la creatividad. Bien, cualquiera que sea tu sensación al respecto, hay algo que te empuja a incorporarlos en tu hogar, incluso el solo hecho de admirarlos te hace sentir bien y mejora tu estado de ánimo, así que si te apetece hacerte con unos cuantos cristales y no sabes cómo comenzar con ellos, venimos con la guía definitiva para iniciarte en una práctica consciente, más allá de su vocación decorativa o estética.

Piedras y cristales de decoración: escógelos según tu intención

Heather Askinosie, cofundadora de Energy Muse, afirma que los cristales pueden contener la energía de nuestras intenciones y ayudarnos a volver a sintonizar con nuestras metas o ambiciones: ‘Ya sea que busques reducir el estrés de forma natural, aceptar más amor de ti misma o seguir tu pasión en la vida, hay un cristal con una energía adecuada para ayudarte con ese objetivo’.

Así que, si bien todos te parecen preciosos, es mejor que elijas en función de lo que intentas atraer en tu vida. Por ejemplo, cuarzo rosa en bruto para atraer el amor incondicional, amatista para atraer las buenas vibraciones, aventurina verde para el trabajo y la prosperidad o turmalina negra para obtener protección.

Ahora bien, si te sientes particularmente atraída por una piedra concreta, incluso solo por su color, brillo o apariencia estética, esa es la que debes escoger, ya que hay una razón específica por la que te atrae. Déjate llevar por la intuición.

Piedras y cristales de decoración: tres cristales básicos para empezar

Si no tienes clara tu intención o una meta que quieras atraer, es una buena idea hacerte con aquellas piedras o cristales que más te gusten o agraden a la vista, esas que te alegren con solo mirarlas. Si no sabes qué tipo de cristales traerte a casa, los expertos aconsejan tres cristales básicos como punto de partida para cualquier hogar: amatista, cuarzo rosa y selenita, que aportarán una energía suave y acogedora a tu espacio.

La amatista puedes colocarla en el salón o recibidor, absorberá la energía negativa e irradiará la positiva, generando un ambiente relajante y protector. Para tu dormitorio, el cuarzo rosa es perfecto, facilitará abrirte a tu pareja y disfrutar de una relación consciente, expandir la relación y reducir el estrés; mientras que la selenita puedes repartirla en varias piezas por las ventanas de la planta principal, porque atrae la positividad y la hace circular, rebotándola a toda la casa.

Si te mudas a un piso o casa nuevos, a este pack de cristales puedes añadir la turmalina negra para atraer la protección, y el ónix negro, que promueve la fuerza, la autoconfianza para ayudarte a estar más segura de ti misma y contribuye a que estés en armonía con tu entorno.

Piedras y cristales de decoración: ¿qué hacer con ellos?

La mayoría de los cristales que puedes adquirir vienen ya limpios y precargados, pero puedes hacerlo tú misma dejándolos sumergidos en agua con sal durante un rato y secándolos con un paño suave, y después dejándolos toda la noche a la luz de la luna para que se carguen. Si no tienes una terraza o espacio al aire libre, puedes colocarlos en el alféizar de la ventana, en una zona en que estén expuestos a la mayor cantidad de luz de la luna.

También puedes usar selenita como piedra cargadora, ya que es un mineral que siempre está cargado y carga los cristales que están a su alrededor. Además, esta piedra facilita el descanso y ayuda a dormir mejor, con lo que puedes colocarla en tu mesita de noche.

Piedras y cristales de decoración: dónde colocarlos

En realidad no hay reglas establecidas, sin embargo, es mejor mantener tus piedras donde su energía específica te sirva de la mejor manera. Por ejemplo, si el cuarzo citrino y la aventurina se asocian al trabajo y la prosperidad, lo mejor será colocarlas en la zona de la casa donde te gusta trabajar o donde lo haces habitualmente.

El cuarzo rosa, al relacionarse con el amor, su mejor lugar será la intimidad del dormitorio donde duerme la pareja o en una sala donde permanezcan bastante tiempo juntos. Los cuencos de madera, los platitos de porcelana o las bandejas metálicas son estupendos contenedores de piedras y cristales, a la vez que añaden estilo a la decoración de tus rincones.

Piedras y cristales: cómo integrarlos en la decoración

Quedarán ideales sobre mesas auxiliares, estanterías, baldas, en forma de sujeta-libros, con velas incorporadas y otros objetos decorativos bonitos como pirámides metálicas, bandejas de madera, plantas como suculentas o cactus, muy fáciles de cuidar, y ramos de flores frescas.

Las drusas y cristales en bruto de gran tamaño adornarán de manera única tu sala de estar, mientras que en el baño podrás disponer de shungitas y algunos cuarzos transparentes para que te acompañen en tus baños más reponedores, detoxificantes y te llenen de energía cristalina.